Acceso Internet: Un puente de afecto en Navidad

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Si la historia de Patricia transcurriera en 2010, quizás diciembre no sería un mes de celebración. Desde hace poco más de 3 años, y por razones del azar, está sola en Cuba, mientras sus familiares y amigos están desperdigados por todo el mundo.

En estos últimos tiempos, la navidad transcurre en una rutina de acompañamiento digital, gracias a la conexión móvil en la isla. La tecnología la acerca a los hermanos en Italia, a los padres en España y al esposo en Estados Unidos.

Pero, en Cuba hay muchas Patricias. Casi 2 millones de cubanos viven fuera de la geografía nacional, de ahí que, al menos el 38 por ciento de la población tenga familiares viviendo en el exterior, de manera temporal o permanente. Para un país con cifras como estas, Internet es un puente virtual de afectos, sobre todo en navidad.

Por eso, no fue de extrañar la gran concurrencia de personas en los espacios públicos con conexión wifi, tras la inauguración de este tipo de servicios en 2015. Ni es de extrañar la cantidad de personas que activan los datos móviles para estar “más cerca” en fin de año.

“Hasta entonces, nunca había visto a mi hermano desde que se fue en los años 90, no pudo venir antes y nos conformábamos con una llamada –carísima- en diciembre. Verlo de nuevo nos emocionó tremendamente”, cuenta Laura Morales, una cubana que vivió en 2015 el reencuentro familiar desde la red.

Acceso a Internet en Cuba: ¿desde cuándo?

Algunas investigaciones señalan que, en los años 70 y 80 del siglo XX, ya se advertían indicios alentadores en cuanto al manejo de datos, en áreas vinculadas a la ciencia. De hecho, se afirma que la isla fue pionera en el desarrollo y aplicación de conocimientos relacionados con Internet en la región de América Latina.

Sin embargo, no fue hasta agosto de 1996, tras un contrato suscrito entre la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A (ETECSA) y Sprint Corporation, compañía norteamericana de telecomunicaciones, que Cuba quedó conectada a la red de redes por vía satelital.

Luego, en 2012 inició una nueva era de conexión mediante cable submarino de fibra óptica.

Con esas nuevas condiciones, nació Nauta en 2013, el primer servicio de internet público, inicialmente desde 118 salas de navegación distribuidas por todo el país.

Después, llegó la conexión en los llamados “parques wifi”, y más adelante, en 2017, se estableció la conexión desde las casas, con el servicio de Nauta Hogar. Hasta que, finalmente, un año después, fue posible la conexión de datos móviles.

En cuanto a las tarifas, la tendencia es a la disminución. En 2013, una hora de navegación estaba valorada en 112.5 CUP en salas de navegación, mientras que ocho años después cuesta 25 CUP/hora.

En el resto de las modalidades, como Nauta Hogar y datos móviles, también decrecen las tarifas gracias a promociones, paquetes y planes de datos.

Precisamente, en el acceso a esos servicios, desempeñan un rol esencial las recargas a cuentas Nautas o a la telefonía Cubacel desde el exterior, que realizan familiares y amigos, los mismos que hoy representan los casi 2 millones de cubanos por todo el mundo.

Al cierre de 2021, más de siete millones de ciudadanos usan internet en Cuba, de los cuales el 71 por ciento lo hace desde teléfonos celulares, una estadística que refuerza la importancia de las recargas Cubacel y Nauta desde el exterior.

¿Qué hacer con Internet?

Algunas investigaciones académicas, sobre todo desde el campo de la comunicación, intentan dilucidar qué hacen los cubanos conectados a Internet.

Los usos sociales van desde plataformas de redes sociales como Facebook e Instagram, o el acceso a servicios de mensajería como WhatsApp, hasta la creación de podcasts o de videos para YouTube. Incluso, muchos negocios locales basan la comercialización de productos y servicios en la red de redes.

Lo que sí es una verdad a voces, es que un gran número de personas, usa su conexión para mantenerse comunicados “permanentemente” con familiares y amigos fuera del espacio que define la geografía de la isla; un espacio que sabemos es mucho más amplio que las propias fronteras, en parte, gracias a la cercanía que permite Internet.

“Hoy hablamos en cualquier momento del día; en las tardes veo a mis sobrinos, juego con ellos, conozco sus rutinas, estamos al tanto de todo, casi como si estuvieran aquí”, nos dice Laura con una alegría peculiar.

Al cerrar el año, en Cuba habrá muchas Patricias y muchas Lauras que abracen y besen desde la pantalla del móvil, que tejan, a fin de cuentas, un puente de afecto en navidad.

Recuerda que, para estar un poco más cerca, especialmente en esta navidad de 2021, puedes enviar recargas Cubacel a familiares y amigos radicados en Cuba.